En casi todas las culturas se considera a la música como un regalo de los dioses. En la Antigua Grecia se consideraba a Hermes como el transmisor de la música a los humanos, y primer creador de un instrumento musical, el arpa, al tender cuerdas sobre el caparazón de una tortuga. Hace unos cinco mil años, un emperador en China, Hoang-Ti, ordenó crear la música a sus súbditos, y les dijo que para ello debían basarse en los sonidos de la naturaleza. Entre la mitología germánica se cree que Heimdall, tenía un cuerno gigantesco que debía tocar cuando comenzara el crepúsculo de los dioses. Las leyendas son similares para el resto de culturas primitivas, tanto perdidas como modernas. Al provenir la música, en general, de entidades superiores, habría que comunicarse con estas entidades también mediante esta música. Muchos pueblos primitivos actuales utilizan la música para defenderse de los espíritus, para alejar a la enfermedad, para conseguir lluvia, o para cualquier otro aspecto de la vida religiosa y espiritual. De esta manera, la magia que concebían que tenía la música hizo que solamente pudieran exteriorizarla chamanes, sacerdotes u otros líderes espirituales.
Además, en la propia naturaleza o en las actividades cotidianas se podía encontrar la música. Al golpear dos piedras, o al cortar un árbol, se producía un sonido rítmico, y que el mantenimiento de algo rítmico ayudaba a la realización de esa actividad, facilitándola. Pudo haber un primer grito o palabra que servía como ánimo, apoyo, y para elaborar más eficazmente una determinada actividad. Irían evolucionando a pequeñas frases, versos, hasta terminar ligándolos en una canción. El economista y sociólogo Karl Bücher fue su máximo defensor.
Charles Darwin desarrolló una teoría en la que explicaba el origen de la música como una solicitación amorosa, como hacen los pájaros u otros animales. La relación entre amor y música es conocida, en todos los periodos históricos (tanto en la Historia Antigua como en la Edad Media, o incluso en la música popular moderna).
La antropología ha demostrado la íntima relación entre la especie humana y la música, y mientras que algunas interpretaciones tradicionales vinculaban su surgimiento a actividades intelectuales vinculadas al concepto de lo sobrenatural (haciéndole cumplir una función de finalidad supersticiosa, mágica o religiosa), actualmente se la relaciona con los rituales de apareamiento y con el trabajo colectivo.
LOS SONIDOS
DE LA PREHISTORIA
Los primeros instrumentos musicales fueron, piedras, semillas, maderas,
conchas, huesos, cuernos empleados como percusiones, silbatos, flautas,
trompetas, lengüetas, arcos, rombos.
En los orígenes de la música, en particular en la invención de los instrumentos musicales, la fase principal de la experimentación está situada en la prehistoria de la humanidad.
En los orígenes de la música, en particular en la invención de los instrumentos musicales, la fase principal de la experimentación está situada en la prehistoria de la humanidad.
Los objetos sonoros identificados comparecen hace 40.000 años con el
acontecimiento del Homo Sapiens Sapiens en el Paleolítico superior, paralelos
al arte simbólico y figurativo y están entre los primeros restos
artificialmente perforados. Instrumentos que producen sonidos arquetipos, la
base del lenguaje sonoro y musical universal, con frecuencias e impulsos
rítmicos fuertemente psicoacusticos y psicodélicas (que activan la psique),
empleadas en el chamanismo y en los cultos mistéricos de la antigüedad.
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